Los bloques de hormigón han desplazado en muchas obras a los ladrillos clásicos. Tienen algunas ventajas como: son muy ligeros comparativamente, por lo que se pueden manejar en piezas de gran tamaño, con el consiguiente ahorro de trabajo; pueden cortarse a pie de obra, con bastante exactitud con sierras eléctricas; son igual de fáciles de tala